El parque debe su nombre al río que lo atraviesa. Cuenta con un paisaje espectacular al que se accede por una de las pocas carreteras asfaltadas del país. La mezcla de colinas boscosas, llanura seca y el bosque de baobabs junto al río lo convierten en un lugar lleno de encanto.

Al nordeste del parque se encuentra el área de conservación de la vida salvaje de Tarangire donde se pueden contratar safaris a pie.

Durante la temporada seca se llega a registrar una de las mayores concentraciones de fauna salvaje de todos los parques, y durante la época de lluvias, se deja paso a los verdes pastos y a inmensos lagos.

Su interminable sabana se convierte, hasta el mes de octubre, en el hogar de impresionantes manadas de cebras, ñus, antílopes, elefantes y permite que especies como el kudu y Oryx sean vistas con facilidad. A ello hay que sumar la posibilidad de observar manadas de elefantes, que pueden contarse por cientos, cruzando, majestuosos, el río Tarangire. No hay que olvidar que en este parque hay más de 300 especies de aves, lo que lo convierte en un lugar perfecto para su observación.